El escenario de una historia se compone del tiempo, el lugar, la cultura y el entorno que sirven como fondo. En algunos casos, la configuración también sirve como un aspecto importante de la trama de una historia.
La configuración se puede utilizar para establecer un estado de ánimo para una pieza de escritura. Por ejemplo, una vieja mansión desierta en una colina crearía un ambiente más oscuro que un prado de primavera lleno de narcisos. También puede informar al lector sobre las costumbres o restricciones sociales específicas del tiempo. En ocasiones, el escenario se convierte en un antagonista de la historia cuando el personaje principal debe soportar o vencer las condiciones del entorno natural para sobrevivir o alcanzar ciertos objetivos.