La mayoría de los cilindros de CO2 tienen reguladores con medidores dobles que permiten a los usuarios verificar la presión del gas CO2 en el cilindro. Los reguladores que no tienen medidores dobles tienen un dispositivo tipo pegatina que permite al usuario para comprobar la presión en el tanque.
La rapidez con la que se vacía el cilindro de CO2 depende del tamaño del cilindro y de la velocidad a la que se usa el gas. Muchos usuarios sienten que cuando el medidor de presión lee aproximadamente 600 libras por pulgada cuadrada, es hora de obtener una recarga. Los usuarios con un cilindro de repuesto pueden esperar a que la presión vaya muy por debajo de esta lectura.