Un clavo de hierro se puede convertir en un imán envolviéndolo con un cable de cobre aislado y dejando que la corriente continua de bajo voltaje pase por la bobina. El clavo de hierro se convertirá en un imán temporal.
Los imanes existen dentro de un campo magnético que no se puede ver con el ojo humano. El campo magnético crea una fuerza que hace que los objetos, que son susceptibles al magnetismo, se atraigan o rechacen entre sí dentro de este campo. Un imán atraerá muchos metales que son ferromagnéticos, pero algunos otros metales, así como materiales como el plástico, el caucho y la madera no se verán afectados.
- Preparar los materiales
- Magnetiza el clavo
- Probar el imán temporal
Reúna un clavo más grande hecho de hierro suave, empastes de hierro, alambre de cobre aislado con extremos desnudos, algunos clips y una fuente de energía de bajo voltaje.
Cubra la mitad de la uña con los bucles del cable de cobre, dejando un poco de cable colgando en los extremos. Conecte estos extremos a un suministro de electricidad de CC de bajo voltaje. Encienda la fuente de alimentación.
Toca las limaduras de hierro con la uña. Deben pegarse. Un clavo de acero habría retenido el magnetismo después de que se haya desconectado la alimentación. Experimente con un objeto más pesado para que el clavo lo recoja, como clips. Agregue más bobinas de alambre al clavo para ver qué efecto tiene esto en su magnetismo.