El orden social lo mantienen las personas con los mayores recursos políticos, económicos y sociales. Según el teórico político Karl Marx, el poder se distribuye de manera desigual en la sociedad, lo que significa que el orden social está dirigido por una elite a expensas de la mayoría. El orden social puede ser constructivo cuando se logra a través de la participación voluntaria de la clase mayoritaria. Es opresivo cuando se administra a través de un gobierno autoritario.
La noción de que los miembros de la élite de la sociedad mantienen el orden social se llama teoría del conflicto. De acuerdo con esta teoría, el orden social surge debido a los conflictos entre la clase obrera, el proletariado y la clase de élite. La clase de élite rica y poderosa fuerza el orden social en la clase trabajadora mediante el control del acceso a los recursos y el desarrollo de programas que solo son beneficiosos para sus intereses en oposición al interés de la mayoría. Como resultado, surge un conflicto entre ambas clases, lo que eventualmente lleva a una revolución social y a la reestructuración del orden social.
Dada la naturaleza compleja de la sociedad y la amplia gama de valores expresados por cada grupo, el orden social está sujeto a cambios en un momento dado. La historia ha demostrado cómo miembros de diferentes grupos raciales, de género, religiosos, políticos y económicos han redefinido el orden social a través de la revolución social.