Los diamantes naturales se forman en lo profundo de la tierra, usando calor y presión que se encuentran entre 87 y 118 millas por debajo de la superficie. El carbono comprimido firmemente forma una red cristalina, cuya pureza determina los colores en el diamante.
Los diamantes pueden venir en azul, amarillo, marrón, verde, púrpura, rosa, naranja y rojo. El proceso de unión al carbono puede tardar más de mil millones de años para que un diamante se forme de forma natural. Los diamantes sintéticos se pueden crear mediante un proceso que se aproxima al alto calor y la presión utilizados para crear diamantes, y puede crear piedras de calidad gema. Los procesos industriales, como el rectificado de metales y las herramientas con cuchillas, utilizan diamantes sintetizados para proporcionar un revestimiento duradero en los bordes de corte.