La tabla periódica moderna está organizada en orden ascendente según el número atómico. El número atómico de un elemento es igual al número de protones en cada átomo. Dentro de este orden, los elementos se organizan en grupos distintos que comparten propiedades.
Alrededor del 80 por ciento de la tabla periódica consiste en metales, y el 15 por ciento de la tabla consiste en no metales. El 5 por ciento restante de los elementos son metaloides, o elementos que comparten cualidades con metales y no metales. Los metales incluyen metales alcalinos, metales alcalinotérreos, metales de transición, lathanides y actínidos, y metales no agrupados de otra manera. Los no metales incluyen los gases nobles y los halógenos.
Sus configuraciones electrónicas similares dan elementos en el mismo grupo similitudes físicas. Los metales alcalinos y los halógenos son grupos altamente reactivos que forman compuestos entre sí fácilmente; los metales alcalinos tienen un electrón de valencia para donar, mientras que los halógenos tienen la capacidad de aceptar un electrón de valencia. Un ejemplo clásico es la reacción entre el sodio y el cloro, que forma la sal de mesa: NaCl.
Los gases nobles son los elementos menos reactivos en la tabla periódica, y obtienen su nombre por su incapacidad para formar compuestos en la naturaleza. Los gases nobles tienen un conjunto completo de electrones de valencia, haciéndolos generalmente inertes químicamente.