Los orígenes del Corán como un texto oral en el que la recitación y la entonación eran de suma importancia, y su estilo de entrelazar revelaciones de varios períodos en sus secciones, son sus mayores influencias en la literatura y la poesía, según la Enciclopedia Británica. Además, debido a que el Corán se escribió en árabe, el idioma árabe se convirtió en el medio más importante de expresión escrita en la literatura islámica.
Desde el comienzo del Islam, los creyentes de todo el mundo han aprendido árabe tanto para la oración como para la expresión literaria porque las revelaciones de Dios en el Corán se escribieron en árabe. Entre los primeros trabajos literarios que se intentaron después del Corán, hubo un intenso esfuerzo por parte de los historiadores y otras figuras literarias para recopilar los dichos y hechos del profeta Mahoma. Éstos fueron antologizados en dos colecciones llamadas sahih. Más tarde, además de las biografías, historias y obras de ficción escritas por autores árabes, las obras literarias de autores islámicos extranjeros se tradujeron al árabe clásico.
Tras la redacción del Corán, las formas clásicas de la poesía árabe se adaptaron para ensalzar al Islam y sus gobernantes. Una de esas formas fue el panegírico, que elogió a personajes importantes como califas, teólogos y filósofos. Otro fue el laberinto, que burló y avergonzó a los enemigos. Una tercera era la elegía, que honraba a los muertos. Aunque estas formas literarias existían antes del advenimiento del Islam, la revelación y la transmisión del Corán cambiaron la forma y el contenido de su expresión.