¿Cómo cuidar de las higueras en maceta?

Cuide una higuera en maceta utilizando tierra para macetas bien drenada, regándola regularmente y fertilizando el árbol todos los meses durante su temporada de crecimiento. Pode ligeramente el árbol después de la temporada de crecimiento para mantenerlo en maceta. -sized.

Primero, elija una variedad de higuera que crezca bien en su clima y se auto polinice. Las higueras de pavo pardo crecen bien en zonas más frías, mientras que las higueras adriáticas prosperan en climas cálidos. A continuación, elija un recipiente ligero de 15 galones para el árbol que puede ser arrastrado al interior o moverse en climas fríos. Plante el árbol en una mezcla de tierra para macetas bien drenada y de alta calidad con compost. Asegúrese de que la base del tronco esté a nivel del suelo.

Coloque la planta en un lugar que reciba suficiente sol directo o parcial. Riegue la planta hasta que el agua corra por los orificios de drenaje de la maceta una vez que la parte superior de 1 pulgada de suelo comience a secarse. Vacíe la bandeja de la olla inmediatamente, ya que sentarse en el agua puede causar la pudrición de la raíz. Fertilice la planta una vez al mes durante la temporada de crecimiento hasta el final del verano empapando un puñado de fertilizante, compost o material orgánico en agua durante la noche, y luego la vierta en la maceta.

Pode ligeramente la planta una vez al año en el otoño recortando las patas largas o retirando madera muerta o dañada. En áreas frías, cubra la olla y las raíces con una manta y lleve la planta al interior durante el invierno. Aplica un poco de aceite inactivo para eliminar cualquier plaga.

La planta se puede podar para controlar su tamaño y forma, utilizando pequeños cortadores para cortar el crecimiento superior sobre un nodo de hoja o cicatriz de hoja. La eliminación de tallos de las ramas principales da como resultado una apariencia más tupida. Las higueras tienden a atraer insectos llamados escamas, que se identifican por un residuo pegajoso depositado en las hojas y las superficies circundantes, como el suelo o la mesa. Las escamas se asemejan a pequeñas manchas marrones y se pueden eliminar de las hojas y ramas al limpiarlas con amoníaco o alcohol. Las hojas deben ser espolvoreadas regularmente, explica SFGate.