Los humanos no solo afectan la selección artificial; Ellos son la causa de ello. La selección artificial ocurre cuando los humanos emparejan a propósito animales con rasgos deseables para obtener descendientes con rasgos similares. Con el tiempo, el proceso puede producir cambios drásticos en los animales criados, como los que exhiben las diferentes especies de perros, que han resultado de la selección artificial de lobos.
Los seres humanos participan en la selección artificial de plantas y animales. Col rizada, col, brócoli y coliflor, por ejemplo, se han creado a partir de la planta de mostaza. Al enfatizar algunos rasgos y quitarle el énfasis a otros, los humanos han creado una serie de diferentes vegetales a partir del stock de una sola especie ancestral.
Muchas mascotas diferentes se ven y se comportan como lo hacen debido a la selección artificial. Los aficionados a los peces, por ejemplo, han producido una variedad increíblemente diversa de peces de colores y otras especies populares. Muchos anfibios y reptiles que son populares entre los aficionados ya no se parecen a sus homólogos salvajes.
La selección artificial contrasta con la selección natural y la selección sexual, que ocurren fuera de la influencia humana. La selección natural resulta de las fuerzas selectivas que actúan sobre una especie o hábitat. La selección sexual es el resultado de las preferencias individuales de los animales y la forma en que seleccionan y adquieren parejas reproductoras.