La caza furtiva tiene un efecto negativo considerable en el medio ambiente porque cuando una población animal disminuye a un ritmo poco natural, otros pueden subir o bajar también. Esto puede llevar a la extinción del animal saqueado y otra vida animal y vegetal en el área.
La caza furtiva es el acto de caza ilegal o no autorizada de una especie animal específica. Hay dos razones principales por las que las personas se dedican a la caza furtiva: el deporte y las ganancias. Algunas personas desean cazar animales en peligro de extinción por la emoción del desafío o presumir de matar a una bestia rara. Otros cazan para poder vender las pieles o partes del cuerpo de los animales en el mercado negro por un precio exorbitante. Por ejemplo, la caza de elefantes es ilegal en todos los países en los que los elefantes viven naturalmente porque sus poblaciones son peligrosamente bajas. Sin embargo, los cazadores furtivos cazan y matan elefantes para poder vender ilegalmente sus colmillos de marfil. Esta caza excesiva y no regulada conduce a una reducción drástica en la población de elefantes.
Otro ejemplo es la caza furtiva de lobos. Como carnívoros dominantes, los lobos ayudan a controlar naturalmente la población de los animales que comen, como el alce. Sin lobos para comer alces, la población de alces puede crecer a un nivel insostenible, ya que las fuentes de alimentos para los alces también pueden llegar a ser escasas o extintas.