La lejía puede matar a las cucarachas si el limpiador se rocía directamente sobre el insecto. Por ejemplo, es posible matar cucarachas dentro de un tubo de desagüe vertiendo el limpiador en el desagüe.
Para matar las cucarachas con cloro, llene una botella con cloro y agua y rocíe los insectos directamente. Use la lejía con precaución, ya que puede decolorar las telas y los tapizados fácilmente. La lejía también es corrosiva y puede dañar el metal cuando se usa constantemente. Por ejemplo, limpiar los desagües con lejía puede dañar las tuberías y resultar en la necesidad de reparaciones. Normalmente, el cloro se usa con moderación para tratar infestaciones muy leves.
Las superficies no porosas se pueden rociar de manera segura con lejía. Por ejemplo, la mayoría de las bañeras, encimeras de cocina y pisos de vinilo pueden exponerse a la lejía sin dañar el material. En estas áreas se puede usar un limpiador estándar que contiene una pequeña cantidad de cloro para matar las cucarachas. Los baños y las cocinas también se pueden limpiar con una solución de lejía para matar las bacterias que generalmente son portadas por las cucarachas. El blanqueador generalmente no es efectivo para tratar infestaciones graves de cucarachas. Las infestaciones graves de cucarachas a menudo requieren un insecticida profesional o un sistema de cebo para eliminar las plagas de la casa.
Para reducir el desgaste de las tuberías de desagüe y otros accesorios en el hogar, use una solución de cloro diluido con poca frecuencia. El agua caliente y jabonosa también es una alternativa al blanqueador que mata a las cucarachas de manera efectiva sin causar daños a los artículos en el hogar.