En cierto modo, 220 voltios no es más peligroso que 110 voltios, o incluso 10 voltios. Cuando se trata de daños en el cuerpo humano, la cantidad de corriente que fluye es más importante que la cantidad de voltaje que posee la corriente.
La corriente, el flujo de energía eléctrica entre dos puntos, es lo que causa daño corporal cuando un ser humano recibe una descarga eléctrica. El voltaje es una medida de la cantidad de fuerza que fluye entre dos puntos en un circuito eléctrico. Un voltaje más alto significa que la corriente puede fluir más libremente. Por lo tanto, el voltaje está relacionado con la corriente y, por extensión, la cantidad de peligro que presenta una sacudida de electricidad dada.
Sin embargo, los circuitos también contienen resistencia, una medida de la cantidad de fricción que impide el flujo libre de corriente. Un objeto con 110 voltios puede ser más peligroso que uno con 220 voltios si el segundo objeto tiene una resistencia alta y el primero tiene una resistencia baja.
Además, las diferencias en la química del cuerpo y la composición de la grasa contribuyen a la cantidad de peligro que presente una corriente dada. Estas idiosincrasias hacen que sea difícil ser precisos acerca de qué tan peligroso es un voltaje dado para una persona específica.
