El vinagre y la lejía son excelentes agentes de limpieza para lavavajillas, pero deben usarse por separado. El vinagre se puede usar como parte de una rutina de limpieza semanal, mientras que la lejía solo se debe usar si hay manchas o molde.
El vinagre elimina la acumulación de cal del agua dura y otros depósitos minerales que pueden obstruir el lavavajillas. Cuando un lavaplatos vacío funciona con una taza de vinagre, limpia las partículas de alimentos viejos y mantiene el lavavajillas con un olor fresco. Por otro lado, la lejía se puede usar como desinfectante o para eliminar el moho y los hongos. También elimina los malos olores y elimina las manchas en el interior de la máquina. Esto se puede hacer cuando el lavavajillas está cargado o vacío. Sin embargo, la lejía no debe usarse si un lavavajillas tiene un interior o una puerta de acero inoxidable porque puede corroerlos.