En la mayoría de los casos, un médico de atención primaria elimina el exceso de cerumen del canal auditivo a través de una serie de gotas para el oído recetadas, procedimientos de lavado o aspiración. En casos extremos, un especialista en oídos, nariz y garganta, u otorrinolaringólogo, elimina la cerumen a través de la visualización microscópica.
La cera o cerumen protege, lubrica y limpia la oreja. Cuando funciona normalmente, el oído libera cerumen naturalmente a través del movimiento de la mandíbula. Una de las causas más comunes de acumulación de cerumen en el oído interno son las fuentes externas, como los hisopos de algodón, que empujan la cerilla hacia el interior del tímpano. Los otorrinolaringólogos instan a los pacientes a usar aceite mineral, glicerina o gotas para los oídos de venta libre para limpiar el oído interno en lugar de hisopos de algodón.