Por lo general, una gata puede entrar en celo y quedar embarazada entre uno y dos meses después de tener su camada. En algunos casos, la duración entre el embarazo y el estro, o calor, puede ser tan pequeña como una semana.
Los gatos son poliestrados, lo que significa que tienen múltiples ciclos de calor por año. La edad a la que una gata se calienta por primera vez varía, pero puede ser tan pequeña como 5 meses en razas como la siamesa. Muchas razas de pelo largo se vuelven fértiles a los 10 meses o más. Varios factores influyen en el ciclo de calor de una gata, incluida la temperatura ambiental, la duración de la luz del día y la presencia de otros gatos. En el hemisferio norte, los gatos suelen aparearse entre marzo y septiembre.