Uno de los problemas más comunes que ocurren cuando la presión del agua es demasiado alta son las fugas en las tuberías. La alta presión del agua también puede hacer que los grifos hagan demasiado ruido o escupan del aireador cuando se encienden o apagan.
La alta presión del agua ejerce demasiada presión sobre los electrodomésticos, como lavadoras y lavavajillas, lo que hace que su vida útil se acorte. Este estrés adicional también hace que aumenten las facturas de energía. El calentador de agua de una casa también puede fallar antes de lo esperado, y en casos extremos puede explotar. Los inodoros y otros grifos pueden gotear inesperadamente, mientras que las facturas de alcantarillado de toda la comunidad pueden subir.