Los serafines son seres celestiales que vuelan sobre el trono de Dios. Los serafines, o serafines, tienen seis alas. Usan dos para volar, dos para cubrir sus caras y dos para cubrir sus pies. El libro de Isaías es el único libro en la Biblia que describe a los serafines. Se piensa que la palabra "serafines" es hebrea para "quemar" o "serpientes ardientes".
Según el relato bíblico del profeta Isaías, los serafines glorifican a Dios y rodean su trono cantando: "Santo, santo, santo es el Señor Todopoderoso; toda la tierra está llena de su gloria". Los eruditos bíblicos creen que los serafines son asistentes personales de Dios.
Según la tradición cristiana, los serafines se encuentran entre los ángeles. La tradición judía sostiene que los serafines son seres celestiales separados de los ángeles. Los serafines comparten algunos rasgos físicos con el ángel tradicional, o querubines. Algunos eruditos creen que el concepto de serafines se originó en la mitología egipcia o babilónica. La mitología egipcia mostraba una criatura conocida como "seraf", que era mitad águila y mitad león que conducía a los reyes muertos al cielo. Otros eruditos creen que la palabra "serafines" se originó de la palabra asiria "sharrapu", que está conectada con el dios del fuego babilónico, Nergal. Estos eruditos creen que los serafines fueron las llamas de las que apareció Nergal.