Tanto en Japón como en China, el pez dorado es visto como un símbolo de riqueza y buena suerte. Dentro de Feng Shui, el pez dorado ha sido visto como un símbolo de excedente y abundancia.
Dentro del arte chino, el pez de colores sirve como un símbolo positivo, que se remonta a la dinastía Tang. Los comerciantes chinos trajeron peces de colores a Japón en la década de 1500, vendiéndolos como mascotas para los samurai y la nobleza. Las competiciones de cría de peces de colores son populares en todo Japón, ya que los clubes de peces de colores trabajan para producir cepas genéticas únicas. Siguen siendo un elemento central en la cultura popular y el arte en el Japón moderno.