El agua de la piscina que tiene un pH alto, o es demasiado alcalina, puede promover el crecimiento de escamas en la superficie del agua y el equipo de la piscina, lo que puede resultar en agua turbia. El agua muy alcalina de la piscina también interrumpe la eficacia del equipo de la piscina y puede evitar que el desinfectante funcione de manera óptima.
El equipo de la piscina y el cloro requieren un rango de pH particular para funcionar correctamente. Un pH bajo, que denota acidez, es igualmente dañino, ya que corroe las superficies y el equipo. Agregar ácido al agua de la piscina ayuda a disminuir el pH del agua de la piscina que es demasiado alcalina.
El ácido clorhídrico líquido y el bisulfato de sodio seco son los dos ácidos más comunes que los propietarios y expertos de las piscinas utilizan para disminuir el pH del agua de la piscina. El bicarbonato de sodio, también conocido como bicarbonato de sodio, es otro ácido viable que ajusta el pH del agua.
Los proveedores de suministros para piscinas a menudo se refieren a los productos ácidos de piscinas como pH negativo, reductor de ph o reductor de pH. En la escala de pH estándar de cero a 14, donde cero denota el nivel más ácido y 14 el más alcalino, el agua de la piscina debe ser neutral, o entre aproximadamente 7.2 y 7.8.
Es recomendable analizar el agua de la piscina antes de aplicar cualquier ácido, ya sea líquido o seco, y no permitir que transcurran más de 24 horas entre las aplicaciones. Mientras que los productos de ácido líquido en ocasiones requieren dilución con agua antes de la aplicación, la mayoría de los ácidos secos están listos para ser aplicados directamente del paquete.