Para tratar una quemadura de una cama de bronceado, aplique una toalla húmeda y fría sobre la piel afectada varias veces al día para enfriar la quemadura, según la Academia Americana de Dermatología. Alternativamente, tome baños fríos o duchas durante todo el día para enfriar la piel.
Aplique un humectante que contenga aloe o soya, y use ibuprofeno si es necesario para reducir el dolor y la hinchazón, dice la Academia Americana de Dermatología. Bebe mucha agua para evitar la deshidratación.
Evite aplicar productos para la piel que contengan lidocaína, benzocaína o petróleo, de acuerdo con la Academia Americana de Dermatología. Aplique crema de hidrocortisona en las áreas que están especialmente irritadas. Si la piel quemada desarrolla ampollas, evite reventarlas y permita que se curen por sí solas. Controle los síntomas, incluidos mareos, debilidad, náuseas o escalofríos, ya que estos indican la necesidad de atención médica. Las quemaduras solares pueden causar daños permanentes en la piel, lo que aumenta el riesgo de que una persona desarrolle cáncer de piel.
Tanto las quemaduras solares como los bronceadores son la forma en que el cuerpo responde al daño tisular, según Teen Vogue. La exposición a los rayos ultravioleta lesiona la piel, lo que provoca que el cuerpo agregue pigmento al área en respuesta. Las personas que usan camas de bronceado se exponen a altos niveles de radiación ultravioleta, lo que puede llevar a formas peligrosas de cáncer. El uso de camas de bronceado aumenta la posibilidad de que una persona desarrolle un cáncer de piel llamado melanoma en un 75 por ciento.