Las 38 obras de William Shakespeare cubrían tres géneros principales: tragedia, historia y comedia. Escribió 10 historias, 10 tragedias y 18 comedias. Sus obras contienen tramas, tropos y temas isabelinos que concuerdan con su género específico.
"Hamlet", "Macbeth", "King Lear" y "Othello" se consideran las cuatro grandes tragedias de Shakespeare. Todos tienen un protagonista noble pero defectuoso y terminan con la muerte de la mayoría de los personajes principales. Los héroes son nobles que experimentan la ruina social y psicológica de un lugar de riqueza y poder a través de fuerzas externas que pueden incluir espíritus malignos, destino o personajes villanos. Sus otras tragedias siguen tramas similares.
Las historias de Shakespeare son conocidas por combinar comedia y tragedia para contar las historias de ciertos reyes ingleses de los siglos XII al XVI. Los más famosos son "Henry V" y "Richard III". Si bien la mayor parte del trabajo de Shakespeare contiene elementos históricos, estas obras representan las guerras reales y la política de la época. Sin embargo, aún son imaginativos y no son del todo precisos a los eventos históricos.
Las comedias de William Shakespeare son un grupo variado que contiene elementos como identidades equivocadas, juegos de palabras inteligentes, el choque de dos generaciones y tramas complicadas que siguen varios cuentos entrelazados. "Much Ado About Nothing" y "The Merchant of Venice" son ejemplos de comedias que contienen romance y algunos momentos sorprendentemente oscuros.
El propio Shakespeare no distinguió entre los géneros de sus obras, lo cual es una de las posibles razones por las que los tres géneros principales se superponen. Los críticos de Shakespeare dividieron las obras en estas categorías en años posteriores.