Muchos factores podrían llevar a un aumento en las tarifas de energía residencial, incluido el aumento de los costos asociados con la generación, transmisión y distribución de electricidad. Otros factores incluyen una mayor inversión en líneas de transmisión y distribución por parte de las compañías de energía y las nuevas regulaciones federales que exigen que esas compañías inviertan en fuentes de energía renovable.
En todo Estados Unidos, las compañías de energía están reportando mayores costos en la generación de electricidad, lo que se debe en parte al aumento de los precios de los productos básicos que generan electricidad, como el gas natural. Muchas empresas de energía han invertido mucho en mejorar sus capacidades de transmisión y distribución, y estos costos se transfieren directamente al consumidor en forma de aumentos de la tarifa de energía.
Del mismo modo, los costos asociados con el aumento de las inversiones en energía solar, eólica y otras fuentes de energía verde también se transfieren al consumidor, ya que generalmente es más caro generar electricidad utilizando estas fuentes. Al mismo tiempo, los aumentos en las tarifas también son causados por una disminución en las capacidades de generación de electricidad en los Estados Unidos, que se debe al cierre de muchas centrales de carbón y de energía nuclear. En California, las sequías son en parte responsables del aumento de las tarifas de energía, ya que han limitado la cantidad de electricidad que se puede generar a través de las centrales hidroeléctricas.