En 1948, Philip Sydney Morse comenzó una compañía de distribución en los Estados Unidos bajo su nombre que entregó máquinas de coser japonesas a minoristas, distribuidores y agentes. Morse patentó diseños de máquinas, citando empresas, como Sears Roebuck y Necchi.
La empresa importadora era Mercury, de la que Morse era tesorero. El país de origen estaba cubierto por un motor o la etiqueta se quitó antes de que se distribuyeran las máquinas. Además, las compañías utilizaron la palabra "fabricante" en sus anuncios, cuando en realidad ninguna de ellas era propietaria de ninguna propiedad de fabricación, lo que induce al público a creer que las máquinas eran productos nacionales. Se presentó una queja y, el 4 de enero de 1955, se descubrió que ambas compañías estaban violando la Ley de la Comisión Federal de Comercio.