Los niveles de humedad en interiores deben mantenerse al 50 por ciento o menos. Mantener la humedad baja ayuda a mantener a raya el moho y las esporas y ayuda a enfriar la casa.
Si la humedad es demasiado baja, puede causar problemas como piel seca y electricidad estática. Durante el invierno, el aire interior tiende a ser más seco, por lo que algunos hogares usan humidificadores. No obstante, se recomienda que los propietarios de viviendas no excedan ciertos niveles de humedad a ciertas temperaturas para evitar la condensación en las ventanas. Por ejemplo, entre 20 y 40 grados Fahrenheit, la humedad no debe superar el 40 por ciento, mientras que entre los 10 y 20 grados Fahrenheit no debe superar el 35 por ciento.