La ironía central de "El cuento del perdonador" es que los tres jóvenes que se dispusieron a matar a la Muerte terminan matándose unos a otros por codicia. Tanto los nobles como los fanáticos, su búsqueda fallida prueba que aquellos que buscan la muerte la encuentran, a menudo rápidamente.
"El cuento del perdonador" demuestra la forma literaria extendida ejemplum. En este caso, se examinan detenidamente tres pecados mortales: avaricia, gula y orgullo. Los tres hombres en el cuento son tontos e hipócritas por fingir en su embriaguez a un acto noble y luego probar su naturaleza venal al planear matarse unos a otros para que no tengan que compartir el oro que encuentren. Así dice el Perdonador, un hipócrita aún más grande.
Chaucer es muy deliberado en su combinación de personajes con sus cuentos. Para hablar de la hipocresía en la Iglesia, por ejemplo, elige a un Perdonador corrupto, un funcionario de la Iglesia que es esencialmente un recaudador de fondos para la Iglesia y sus proyectos favoritos. Uno de los pecadores más venales en "Los cuentos de Canterbury", el Perdonador de Chaucer en cambio vende indulgencias, que remiten el castigo por el pecado, así como el perdón de los pecados por dinero. El Prólogo de su historia es un confesionario, similar a otros en "The Canterbury Tales", que demuestra su propia hipocresía de rango.