Si bien hay varios animales que habitan en la sabana que comen hojas de acacia, la jirafa es sin duda la más conocida. Las jirafas usan sus largos cuellos, lenguas y bocas para alcanzar y arrancar las hojas de las ramas flexibles del árbol.
Los árboles de acacia también tienen una defensa inusual contra las jirafas que pastan; a medida que se alimentan los árboles, liberan un químico que alerta a los árboles cercanos de que también están en peligro de ser comidos. Los árboles que reciben el mensaje químico exudan taninos tóxicos en sus hojas para ahuyentar a las jirafas. Por esta razón, las jirafas suelen pastar contra el viento para mantenerse a la vanguardia de los mensajes químicos que se están publicando.