Una lavadora puede dejar de girar debido a una variedad de problemas, como una correa de transmisión atascada o rota, una polea o correa de la bomba congelada o un interruptor de tapa que ha dejado de funcionar. Otros problemas comunes incluyen un acoplador de motor o un embrague que se haya desgastado.
Para comprobar si la correa de transmisión está rota, abra la lavadora e intente girar el tambor. Una transmisión de correa intacta proporciona cierta resistencia, pero si el tambor gira fácilmente, podría indicar que la correa está rota y necesita ser reemplazada. El problema también puede radicar en que la polea o la correa de la bomba se congelen o se desgasten y, en cualquier caso, debe ser reemplazada. Otra razón por la cual una lavadora deja de girar es cuando el interruptor de la tapa no funciona. Para comprobar el interruptor, retire la parte superior de la lavadora y presione el interruptor mientras la máquina está enchufada. Si no hace clic, debe cambiarse.
Un motor de accionamiento agita la ropa en una dirección y la hace girar en la dirección opuesta. A veces, la ropa puede no moverse en ambas direcciones si el motor está parcialmente quemado. Si ese es el caso, todo el motor necesita ser reemplazado. Algunos otros problemas que pueden hacer que una lavadora no gire son un acoplamiento del motor o un embrague desgastados. Esto último ayuda a la máquina a alcanzar la velocidad de giro ideal requerida para ciertos ciclos.