Los geógrafos dividen áreas en diferentes regiones para poder compararlas, estudiarlas sin una cantidad abrumadora de información y entender cómo funcionan juntas como un sistema. Al hacer esto, los geógrafos pueden usar cantidades más pequeñas de información para crear una mejor comprensión de los patrones humanos y físicos en la Tierra.
Las regiones pueden variar drásticamente en tamaño, desde tan grande como un hemisferio hasta tan pequeño como un bloque de apartamentos. Cuando los geógrafos seleccionan regiones, determinan los límites por criterios distintos del tamaño. Hay tres tipos principales de regiones: formal, funcional y vernácula.
Los límites de las regiones formales generalmente están determinados por la política, la cultura, la economía y las características físicas. Algunos ejemplos de regiones formales son Brasil, los Alpes, la comunidad judía o las zonas frutícolas.
Las regiones funcionales se utilizan para áreas de servicio, como áreas atendidas por una empresa de transporte o compañía de cable en particular. Hay dos tipos de regiones funcionales: nodal y red. Una región nodal se define por la actividad punto a punto, como las llamadas telefónicas a Nueva York durante un período determinado. Sin embargo, una región de red describe una red de actividades como las rutas de entrega.
Las regiones vernáculas están determinadas por la percepción y pueden variar drásticamente de una persona a otra. Los ejemplos de regiones vernáculas incluyen Midwest y Uptown.