La compresión de datos es necesaria porque permite almacenar los datos en un área sin ocupar una cantidad innecesaria de espacio. La compresión de datos utiliza una serie de algoritmos para reducir la cantidad de espacio real los datos normalmente ocupan.
La cantidad de datos que se muestran cuando se comprimen depende de cómo se han comprimido los datos. Si hay una cantidad extremadamente grande de datos en una secuencia, se comprimirá a un tamaño grande. Si hay una pequeña cantidad de datos comprimidos, no ocupará tanto espacio real como grandes cantidades de datos comprimidos.
La determinación de la cantidad de espacio que ocuparán los datos depende del algoritmo que se utiliza para comprimir los datos. Si el algoritmo se usa correctamente y está formateado específicamente para los datos, los datos pueden ocupar casi ningún espacio real. Si se usa un algoritmo generalizado, es posible que los datos no se ajusten a un área comprimida, así como si se usa un algoritmo específico. El algoritmo es el factor determinante sobre qué tan bien se comprimirán los datos, cuánto espacio ocupará y qué cantidad de datos estarán disponibles después de la compresión.