Los botones del vientre huelen cuando están infectados. La grieta húmeda y cálida que ofrece un ombligo es un lugar atractivo para el crecimiento de bacterias y hongos. Un olor y una secreción casi siempre significan una infección. Lavar el ombligo y mantenerlo seco puede prevenir infecciones.
A veces se deben aplicar cremas antibacterianas o antifúngicas para tratar infecciones. La diabetes no controlada es un factor predisponente para el desarrollo de infecciones del ombligo.
Una afección médica llamada uraco permeable también puede causar un mal olor que emana del ombligo. En el caso del uraco, el tubo que conecta la vejiga y el cordón umbilical en los bebés no se cierra después del nacimiento. Esta conexión abierta puede provocar olores, infecciones y secreciones del ombligo. Se requiere cirugía para corregir la patente de uraco.