Michelangelo, famoso artista y creador de varias obras maestras, no era ciego. Sin embargo, mientras pintaba el techo de la capilla Sixtina, su salud y vista se deterioraron drásticamente debido a que solo comían pan duro y Estar en posiciones incómodas durante semanas.
Para pintar el techo, Michelangelo, de 37 años, tenía que acostarse en un andamio todos los días, lo que causaba calambres. La pintura también goteaba continuamente en su rostro, contribuyendo a su salud y problemas de visión. Miguel Ángel insistió en hacer todo el trabajo por sí mismo, y le llevó casi cuatro años completarla. Incluye más de 300 figuras, y en el centro se encuentra su imagen más famosa, La creación de Adán.