En "La caza del jabalí", el escritor mexicano José Vasconcelos describe el sombrío destino de cuatro hombres que cazan jabalíes en las remotas selvas del Perú. Estos cuatro hombres, cada uno de diferente nacionalidad latina, se reunieron en una gran plantación de azúcar peruana varios años antes de los eventos de la historia.
El significado o simbolismo de su encuentro en una plantación de azúcar no está claro. Sin embargo, los cuatro hombres se hicieron amigos y continuaron organizando reuniones en las que disfrutaban de la compañía del otro y hacían planes para varias aventuras, muchas de las cuales incluían habilidades de orientación y puntería.
Atraídos a una región específica en la selva peruana por informes de enormes manadas de jabalíes, partieron con grandes provisiones, incluso empleando la ayuda de guías indios.
Los cuatro hombres acampan y se encuentran con los jabalíes al día siguiente, haciendo deporte para dispararles desde la elevación de las hamacas colgadas de los árboles cerca de su campamento. Gradualmente, sus espíritus disminuyen a medida que los jabalíes aumentan en número y sus municiones se agotan. Finalmente, los jabalíes, empleando su considerable inteligencia, comienzan a destruir los árboles de los que cuelgan las hamacas de los hombres.
Sintiendo el desastre, el protagonista diseña un escape, balanceándose de árbol en árbol como un hombre primitivo. Mientras se escapa, sus compañeros no lo hacen. Cuando regresa para ver el campamento, solo encuentra ropa y calzado sembrados.
Horrorizado por la experiencia, el protagonista extrae de la dura prueba la lección de que los jabalíes de alguna manera habían reclamado venganza por las malas acciones del hombre hacia ellos. Resuelve no volver a cazar para el deporte, después de haber reevaluado sus nociones de moralidad relacionadas con la caza, la cría y el dominio del hombre, jurando solo cuando sea necesario para exterminar a las bestias dañinas, pero prometiendo nunca disfrutar de un deporte tan destructivo como la caza. /p>