En 1977, los Estados Unidos prohibieron el asbesto como parches para apuntalar las juntas del techo y en pintura texturizada y material de insonorización. La mera presencia de asbesto no es un problema grave en sí mismo, pero los propietarios de viviendas deben evitar hacer cualquier cosa para molestar el asbesto y no liberar sus fibras peligrosas.
El asbesto libera pequeñas fibras que irritan los pulmones y que se han relacionado con el cáncer de pulmón. Raspar los techos texturizados o perforar a través de juntas de techo remendadas que contienen asbesto puede liberar estas fibras en el aire. Si un propietario sospecha que su techo puede contener asbesto, debe llamar a un profesional para que inspeccione la casa antes de cualquier proyecto de renovación.