La principal desventaja de un trackball es su gran tamaño en comparación con un mouse. Los trackballs también cuestan más y tienen un rango de opciones más estrecho que otros periféricos de entrada. Una bola de seguimiento consiste en una bola que descansa dentro de un zócalo que tiene sensores para observar el movimiento de la bola.
El trackball ofrece varias ventajas sobre un mouse. Necesita menos superficie en un escritorio o mesa para funcionar. Debido a que no se mueve, el usuario no tiene que seguir moviéndolo para obtener el efecto deseado en la pantalla. Las trackballs ofrecen un control más preciso y casi no requieren limpieza. La muñeca y el brazo del usuario también sufren menos tensión física, ya que solo tienen que usar la palma o el pulgar y los dedos para controlar la pelota. Estas ventajas lo hacen popular para juegos y otras aplicaciones, ya que la mayor precisión es necesaria para maniobras con requisitos de precisión precisos.
Una similitud entre el trackball y el mouse es que ambos dispositivos cuentan con botones que proporcionan funcionalidad adicional. Sin embargo, aunque a veces el mouse es más sensible a la superficie sobre la que descansa, las bolas de seguimiento pueden funcionar en casi cualquier superficie, lo que lo hace más flexible que muchos otros dispositivos de entrada disponibles para computadoras y sistemas de juegos.