La principal desventaja de un procesador de alimentos es que no maneja muy bien el líquido. El aparato tiende a dejar trozos de frutas y verduras que deben ser reprocesados. Esto se atribuye al diseño, ya que los alimentos giran hacia afuera y se adhieren a los bordes externos del recipiente.
Los procesadores de alimentos son ideales para pulverizar frutas y verduras enteras, eliminando así la necesidad de cortarlas a mano. Esto ahorra tiempo y energía. Estas unidades son fácilmente adaptables y versátiles porque vienen con cuchillas diferentes y también funcionan bien para mezclar alimentos sólidos.
Las licuadoras, por otro lado, tienden a ser una mejor opción para hacer licuados y purés porque funcionan especialmente bien cuando se incluyen líquidos. Las cuchillas de la licuadora también son más duraderas y están diseñadas para cortar trozos de hielo. Si bien los procesadores de alimentos pueden realizar la misma función, las cuchillas tienden a desafilarse con el tiempo al picar hielo.
Una buena solución es comprar una unidad que combine un procesador de alimentos y una licuadora en uno. El aparato viene con depósitos de alimentos y diferentes accesorios para cuchillas, lo que lo hace flexible y versátil. Dicha unidad también ahorra valioso espacio en el mostrador y es una buena relación calidad-precio, especialmente cuando se compra una marca de alta calidad.