Los tratamientos químicos, la poda, la fertilización y el riego son las claves para prevenir y tratar las enfermedades de los abedules. Dado que los árboles son susceptibles a las enfermedades causadas por hongos e infestaciones de insectos y otros insectos, el monitoreo cercano es una necesidad.
En la primavera, un aerosol fungicida preventivo de cobre o azufre ayuda a evitar que las enfermedades se fortalezcan. Las ramas rotas, muertas y enfermas deben eliminarse de inmediato para evitar que se propaguen las infecciones por insectos y hongos. Es posible que los pesticidas químicos no siempre sean efectivos, por lo que las hojas con manchas o decoloración también deben eliminarse. Dado que los árboles estresados sucumben a la enfermedad más fácilmente que los árboles sanos, se requiere un riego y fertilización regulares.