Los tintes para el cabello pueden desencadenar reacciones alérgicas leves o graves en un pequeño porcentaje de usuarios. También pueden causar la rotura del cabello seco y quebradizo y el uso prolongado y frecuente. Según la Sociedad Americana del Cáncer, la evidencia que vincula el uso personal del tinte para el cabello y el cáncer es limitada y conflictiva. A partir de 2014, el uso personal de tintes para el cabello semipermanentes y permanentes no se considera un factor de riesgo conocido para el cáncer.
Sin embargo, los estilistas profesionales pueden tener motivos de preocupación. Según la Sociedad Americana del Cáncer, numerosos estudios han sugerido que la exposición en el lugar de trabajo a los químicos para teñir el cabello puede llevar a un riesgo ligeramente mayor de cáncer de vejiga. Estos hallazgos han llevado a la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer a identificar la exposición ocupacional a los tintes para el cabello como un factor de riesgo probable para el cáncer.
Otro efecto secundario potencialmente grave pero raro es una reacción alérgica a la parafenilendiamina, un ingrediente común en los tintes para el cabello comerciales. Esta alergia afecta aproximadamente a una de cada 250,000 personas, y las personas con antecedentes de alergias deben ser especialmente cuidadosas al usar un tinte químico. Una reacción alérgica a los tintes para el cabello puede presentarse como una erupción con picazón, roja alrededor de la cara y el cuello, y menos comúnmente una erupción en el cuero cabelludo y una hinchazón extrema de la cara. La alergia puede volverse más grave con el tiempo, dando como resultado ampollas, urticaria y dificultad para respirar, y el uso continuo puede ser fatal.
