Algunos efectos negativos de la globalización en los países en desarrollo incluyen la exacerbación de las desigualdades de ingresos, el agotamiento de los recursos naturales y la degradación de las culturas tradicionales. Otros inconvenientes incluyen la mayor propagación de enfermedades transmisibles y el mayor riesgo de crisis bancarias y cambiarias.
El auge de la globalización está ligado al crecimiento de las empresas transnacionales. En general, estas compañías se preocupan mucho más por maximizar los beneficios que por el desarrollo de las poblaciones locales, de acuerdo con Boundless.com. Esta "carrera hacia el fondo" explota a los trabajadores pobres y los obliga a trabajar en condiciones inseguras e insalubres por salarios muy bajos.
La globalización también frena el desarrollo de la competencia local porque los recursos son escasos y las compañías que operan a escala global pueden soportar mayores pérdidas que las pequeñas. Las importaciones baratas inundan los mercados y hacen que los productos producidos localmente sean inviables.
La globalización también tiene profundas consecuencias ambientales, que se sienten principalmente en el mundo en desarrollo. Para muchas personas pobres, lo mejor para ellos es cortar los bosques de las ciudades y destruir los humedales para construir granjas y fábricas. Además, muchos estados alientan la producción de cultivos comerciales para ser vendidos en el mercado, en lugar de alimentos que pueden comer los propios agricultores. El mundo solo tiene una cantidad finita de recursos, y la globalización los utiliza a un ritmo acelerado.