Aunque hay pocas referencias a Melquisedec en la cultura pop, hay un libro que alude a esta figura de la Biblia, que es "El Alquimista" de Paulo Coelho. Este libro es una obra de ficción en la que el protagonista principal, llamado Santiago, conoce a un anciano llamado Melquisedec que afirma que él es el rey de Salem.
Este hombre misterioso le enseña a Santiago ciertas verdades y le da dos piedras mágicas llamadas Urim y Tumim. Melquisedec también bendice a Santiago. Melquisedec básicamente ayuda al niño a comenzar su viaje y le enseña a seguir su corazón y sus sueños. El personaje Melquisedec habla sobre cómo no volverá a ver a Santiago, tal como lo conoció a Abraham una vez y nunca lo volvió a ver.
Melquisedec es una figura bíblica muy misteriosa que se menciona en el Libro de Génesis del Antiguo Testamento. Él era un sacerdote de Dios y el rey de Salem, quien le dio pan y vino a Abraham y sus hombres después de que derrotaran a un enemigo. Abraham le dio a Melquisedec una décima parte del botín que le quitó al enemigo vencido. Melquisedec bendijo a Abraham y desapareció.
Melquisedec se menciona nuevamente en el Salmo 110 y en el Libro de Hebreos del Nuevo Testamento. En un pasaje de Hebreos, dice que Melquisedec no nació de madre o padre, aludiendo a su origen sobrenatural. También hay una alusión que sugiere que Melquisedec es como Cristo porque sigue siendo un sacerdote para siempre.
En el libro "El alquimista", hay nombres dados a las dos piedras mágicas. En el Antiguo Testamento, estas piedras también se mencionan como parte de la coraza de un sacerdote y se usaron como herramientas de adivinación antes de ocasiones importantes.
