La relación de acero a concreto es de 100: 130 por 1 metro cúbico. La relación significa que por cada 130 kg de concreto, se necesitan 100 kg de acero para soportar la estructura. Esta es una regla de oro en la ingeniería civil que debe observarse en todo momento, ya que no observarla hace que los edificios sean propensos a la ductilidad y el agrietamiento.
La relación es un acuerdo fundamental alcanzado por los organismos profesionales de ingeniería en todo el mundo. Sin embargo, algunos edificios pueden usar diferentes proporciones según el diseño, la arquitectura y los propósitos para los que se están construyendo. Por ejemplo, un edificio destinado a albergar un estacionamiento de automóviles debería, por supuesto, ser construido más resistente que uno destinado a oficinas. En este caso, la proporción de acero a concreto puede ser virtualmente igual.
Además, la calidad del acero utilizado importa mucho. Otros factores que pueden determinar la resistencia del concreto son la edad del concreto, la temperatura, la humedad, el curado del concreto y otras materias primas utilizadas. La forma, textura, tamaño y fuerza de los agregados, por ejemplo, determinan qué tan fuerte será una estructura. De manera similar, la presencia de sales tales como sulfatos y cloruros, arcilla y sal reduce la resistencia del concreto. Además, la proporción de agua a cemento y la proporción de agregados gruesa a fina de los materiales de construcción también afectan la resistencia de una estructura.
