Una cubierta de semilla protege las partes internas de la semilla de hongos, bacterias e insectos y previene la pérdida de agua. La cubierta de la semilla debe abrirse para que emerja una nueva planta.
La capa exterior de la cubierta de la semilla, llamada testa, es generalmente dura y gruesa. La segunda capa de la cubierta de la semilla, conocida como los tegmen, es más suave. En algunas plantas, la cubierta de la semilla no se abre a menos que las condiciones ambientales sean ideales para el crecimiento de la planta. Esta condición se conoce como inactividad. En muchas plantas, la cubierta de la semilla cubre los tejidos de almacenamiento. La planta embrionaria utiliza estas reservas de alimentos hasta que puede salir de la cubierta de la semilla y hacer su propio alimento.