Con la seguridad interna, una empresa establece su propio departamento de seguridad para proteger a los empleados, el edificio y los activos. En el contrato de seguridad, el negocio subcontrata la seguridad de una empresa o agencia de seguridad.
La seguridad interna puede resultar más fácil de controlar, ya que el departamento de seguridad es parte del negocio. La empresa puede invertir recursos para capacitar al personal de seguridad y hacerlos conscientes de los objetivos de seguridad de la empresa. El personal de seguridad interno forma parte del negocio y puede ser más leal y sentirse más comprometido con los objetivos de seguridad del negocio. Sin embargo, el personal de seguridad interno puede costar más al negocio en reclutamiento, capacitación y salarios.
Por otra parte, el personal de seguridad contratado puede permitir que una empresa reduzca sus costos generales. La agencia de seguridad generalmente tiene su propio equipo de seguridad, incluyendo patrullas, uniformes y cámaras de vigilancia. En consecuencia, la empresa no tiene que reclutar, entrenar o seleccionar a ninguno de los empleados, ya que la agencia de seguridad es responsable de esto. Sin embargo, la contratación de una empresa de seguridad por contrato conduce a que la administración de la empresa tenga menos control sobre los asuntos de seguridad. Dado que la empresa está trabajando con un tercero, puede ser más difícil comunicar problemas o disciplinar a los funcionarios que no cumplan con sus obligaciones adecuadamente.