"La polea" de George Herbert significa que el hombre siempre está inquieto y luchando por más, y que esto es necesario para obligar a la humanidad a buscar a Dios y ser bueno. La primera estrofa habla de cómo Dios quería para bendecir a la humanidad tanto como sea posible. La segunda es una de las claves del poema, y afirma que Dios bendijo al hombre con todo, excepto el descanso.
La primera parte dice: "Cuando Dios hizo al hombre por primera vez, /teniendo en la mano una gran cantidad de bendiciones; /dejemos (dijimos que) derramemos sobre él todo lo que podamos". Dios vierte sabiduría, placer, honor y otras bendiciones sobre el hombre en la segunda estrofa. La última línea de la segunda estrofa, "Descanse en la parte inferior de la base", significa que la única bendición que Dios no le dio al hombre fue el descanso. En la tercera estrofa, a Dios le preocupa que el hombre "adore mis dones en lugar de mí". Como resultado, en la cuarta estrofa, Dios decide "mantenerlos con tranquilidad." Él concluye: "Si Dios no lo ama, sin embargo, con cansancio /puede echarlo a mi pecho". Así que, esencialmente, Dios quiere mantener al hombre inquieto y cansado para obligarlo a volverse a Dios por la paz, ya que el hombre no puede encontrarlo en ningún otro lugar.