Los alternadores proporcionan electricidad para alimentar los accesorios de un vehículo, como luces y radio, y cargan su batería. Convierte la energía mecánica creada por el cigüeñal en el motor en energía eléctrica a través de la inducción. El proceso de conversión de energía crea un campo magnético, que luego carga los cables que conectan el alternador a la batería y los accesorios.
Hay cuatro señales de que un alternador puede estar fallando. La señal más obvia es la luz de advertencia en el tablero de instrumentos que se enciende para indicar un problema con el alternador. Esta luz puede tener la forma de una batería o decir "ALT" o "GEN". La luz de advertencia está conectada al sistema eléctrico o informático del vehículo, que controla el nivel de voltaje generado por el alternador. Si el voltaje de salida cae por debajo de cierto nivel, la batería no puede recargarse y el vehículo puede detenerse y requerir un salto para reiniciarse. Si la batería sigue muriendo cuando el vehículo está en movimiento, o si el vehículo no arranca después de estacionarse, el alternador podría dañarse, especialmente si la batería es relativamente nueva. Otros signos de un alternador fallado incluyen la atenuación de los faros y un sonido de gruñido o quejido, a veces acompañado por el olor a goma quemada.