Bajo el Islam, las mujeres son espiritualmente iguales a los hombres; sin embargo, los derechos de las mujeres en la sociedad islámica han cambiado a lo largo de la historia y varían de una región a otra. En la sociedad islámica, las mujeres requieren la aprobación de sus maridos para realizar muchas actividades y tienen un acceso limitado a ciertos bienes políticos, educativos y económicos.
Los Estudios Islámicos de Oxford explican que el Islam ha traído muchos beneficios a las mujeres de Medio Oriente, a pesar de la naturaleza patriarcal habitual de la sociedad islámica. Antes de la llegada del Islam, las mujeres en las culturas árabes eran tratadas como propiedad. El infanticidio femenino era una práctica común, las mujeres no podían poseer propiedades y la poliginia no tenía restricciones. El Islam introdujo la idea de que las mujeres y los hombres son iguales.
Según la Asociación Internacional de Sufismo, el Islam instruye a los hombres a honrar a sus esposas, madres e hijas. La ley islámica les otorga a las mujeres el derecho de tomar y mantener propiedades, emprender acciones legales, votar y participar en política. Además, las mujeres tienen el derecho de elegir a su pareja de matrimonio y solicitar el divorcio en casos de abuso o infidelidad. El Islam también limita el alcance de la poliginia, enseñando que un hombre solo puede tener cuatro esposas y no puede tomar una segunda esposa sin el permiso de su primera.
La Asociación Internacional de Sufismo también afirma que muchas de las prácticas asociadas con la cultura islámica fueron adoptadas por los musulmanes de las culturas que conquistaron. El uso del velo, por ejemplo, no es una práctica que se encuentra en el Corán.