Para ser considerado un juego, una actividad debe cumplir varios criterios. Los juegos se basan en reglas, tienen resultados variables con un valor asociado con cada resultado, son competitivos y requieren el esfuerzo del jugador para influir en el resultado.
En 2003, Jesper Juul propuso una definición moderna de qué características definen un juego. Primero, un juego debe tener un conjunto fijo de reglas. Segundo, los juegos deben tener resultados variables y cuantificables, como un objetivo para lograr la mayor cantidad de puntos. Tercero, debe haber una valorización del resultado, mostrando que ciertos jugadores jugaron mejor que otros. Cuarto, un jugador debe hacer un esfuerzo e invertir en un juego interactivo para lograr el mejor resultado posible. Quinto, hay un apego del jugador a los posibles resultados; es probable que un jugador se sienta feliz ganando, pero infeliz si pierde. Finalmente, puede o no haber consecuencias en la vida real como resultado del juego, como si el dinero estuviera en juego.
El diario de juegos define un juego como un objetivo que requiere una estrategia y elementos de posibilidad. Además, la competencia impulsa el juego, ya que hay ganadores y perdedores. Los juegos reúnen a las personas, son voluntarios para jugar y dan a cada persona que juega la oportunidad de ganar el juego.