El tratamiento de las mujeres hindúes varía mucho dependiendo de su estatus social y su ubicación, y las mujeres más ricas en áreas más desarrolladas generalmente son mejores que las mujeres pobres que viven en zonas rurales. Tradicionalmente, el hinduismo tiende a ver Las mujeres como subordinadas a los hombres.
La actitud del hinduismo hacia las mujeres es complicada, con muchas contradicciones aparentes. Muchas de las deidades más poderosas y queridas en el hinduismo son mujeres. Sin embargo, muchos textos religiosos tratan a las mujeres como seres inferiores y afirman que el único papel de las mujeres es apoyar a sus esposos y tener hijos. Los hindúes creen en la reencarnación, y algunos textos establecen que las mujeres deben renacer como hombres antes de poder progresar espiritualmente. Las mujeres también se consideran ritualmente impuras a veces.
Estas creencias han llevado a un maltrato severo. Dado que el único papel de las mujeres era apoyar a sus esposos, las viudas se han enfrentado a un trato especialmente deficiente. Muchos fueron rechazados y tratados como intocables, y esta práctica continúa en algunas áreas a partir de 2015. Históricamente, algunas viudas fueron alentadas u obligadas a suicidarse.
Los tabúes sobre la menstruación son todavía una barrera importante para las mujeres hindúes modernas, particularmente en las áreas rurales de la India. A menudo se les obliga a dormir fuera o en pequeñas chozas sin protección, donde son vulnerables a los ataques. También luchan por obtener productos sanitarios adecuados, que pueden causar infecciones, y es posible que tengan que faltar a la escuela o al trabajo.
Sin embargo, a partir de 2015, el hinduismo está comenzando a tratar a las mujeres como iguales. Los tabúes menstruales y de viudedad son cada vez menos generalizados y las mujeres hindúes pueden buscar educación y empleo.