Asegúrese de que el velo no sea quebradizo o esté hecho de una tela que se arrugue, ya que estos velos deben limpiarse profesionalmente. Limpiar un velo en casa requiere cuatro toallas blancas, una tina, agua caliente, fría y caliente, lejía en polvo de todos los colores y una percha.
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Preparar el velo
El velo debe limpiarse en una posición especial para que no se rasgue por su propio peso o blanquee de manera desigual. Antes de colocar el velo en la solución de limpieza, dóblalo y ponlo entre dos toallas blancas dobladas.
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Preparar la solución de limpieza
La solución de limpieza está hecha de lejía y agua. Siga las instrucciones del fabricante para determinar la cantidad exacta de lejía que debe usar. Disuelva la lejía en una pequeña cantidad de agua muy caliente antes de agregarla a una bañera llena de agua tibia.
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Limpia el velo
Para limpiar el lugar del velo, la combinación velo-toalla en la solución de limpieza y deje que se asiente. Saque el velo de la solución cada 30 minutos y revíselo para ver cómo se ha blanqueado. El velo debe tomar como máximo dos horas para blanquear. Cuando el velo esté totalmente limpio, sáquelo de la solución y pase las toallas y el velo con agua fría.
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Seca el velo
Retire el velo de las toallas y colóquelo sobre una toalla blanca seca. Use otra toalla para eliminar cualquier exceso de agua. Deje que el velo se seque al aire y cuélguelo en una percha.