El limpiador para revestimientos de aluminio se fabrica combinando detergente doméstico con agua caliente. Por lo general, el limpiador se aplica al revestimiento con un cepillo de cerdas suaves después de humedecer la superficie. El limpiador se deja reposar durante unos 15 minutos antes de enjuagarlo con agua muy rociada.
En general, los limpiadores domésticos son efectivos para limpiar la suciedad y los residuos calcáreos del revestimiento de aluminio. Este tipo de limpiador es una alternativa a los limpiadores comerciales de revestimiento de aluminio. Usar un limpiador de revestimiento de aluminio hecho en casa es una opción para restaurar el revestimiento de aluminio. Otra es optar por el lavado a alta presión, que implica eliminar la suciedad con agua. Para hacer esto, es necesario contratar un servicio profesional o alquilar una lavadora de alta presión que pueda alcanzar 1,000 libras por pulgada cuadrada de presión de agua. Mientras que los profesionales tienen acceso a máquinas capaces de rociar agua hasta 2.800 psi, las máquinas que se alquilan a los propietarios de viviendas suelen ser menos potentes.
Los expertos recomiendan limpiar a presión el revestimiento de aluminio al menos dos veces al año para mantener su apariencia. Algunas casas con revestimiento de aluminio sucio desarrollan un aspecto calcáreo, resultado de años de negligencia en la limpieza. Hablar es el resultado de la oxidación normal de la pintura original y no es algo que se pueda prevenir.