Los árboles jóvenes de jacaranda crecen troncos de la competencia, que deben recortarse para mantener un tronco central. Para desarrollar ramas más fuertes, se debe adelgazar el dosel, eliminando las ramas que crecen en un ángulo de menos de 60 grados con el tronco. Se deben eliminar las ramas que se crucen entre sí, así como las ventosas y los brotes pequeños que crecen verticalmente.
Los árboles de Jacaranda pueden crecer muy grandes, con alturas de hasta 40 pies. Tienen un dosel ancho, en forma de paraguas. A pesar de su tamaño, las ramas de jacaranda son débiles y necesitan podas regulares para evitar que se rompan y caigan. El mejor momento para completar la poda es en el invierno cuando el árbol está inactivo. Una vez que el árbol ha madurado, la poda regular ya no es necesaria.
Las jacarandas crecen en las zonas del Departamento de Agricultura de los EE. UU. del nueve al 11. Son plantas muy tolerantes, que funcionan bien tanto en paisajes urbanos como rurales. La jacaranda florece con flores de color púrpura brillante durante ocho semanas en la primavera. Estas floraciones mantienen su exhibición vibrante como cobertura del suelo durante varias semanas después de su caída. Prefieren el sol lleno, aunque los árboles pequeños pueden tolerar la sombra ligera. A la jacaranda le gusta el suelo bien drenado y puede prosperar en lugares arenosos. El riego frecuente de las plantas jóvenes ayuda a establecer el sistema de raíces durante los períodos secos.